Esta vela rizada en color marfil no está hecha para pasar desapercibida. Su forma sinuosa y vertical recuerda a una escultura contemporánea, pero en versión cálida y funcional. Es de esas piezas que no necesitas encender para que brillen por sí solas.
Su tono marfil —sí, ese que combina con todo pero no es cualquier blanco— aporta luz sin imponerse, y encaja tanto en ambientes neutros como en composiciones más atrevidas. Perfecta para colocar sola en una repisa o en pareja sobre una bandeja con otros objetos bonitos, esta vela está pensada para quienes disfrutan creando rincones con intención.
¿Lo mejor? Que funciona igual de bien como vela decorativa que como excusa para regalar algo diferente, especial y con personalidad.